
Como siempre y ante la larga caminata que nos espera iniciamos nuestra marcha al amanecer, 6:15 de la mañana con temperatura fresca. Después de una rápida bajada alejándonos de Arrés se llega a una pista que circula entre campos de cereal y curiosas formaciones geológicas de badlans y margas muy características (da la impresión que han intentado "asfaltar" parte del paisaje).
Llegando a Artieda nos adelanta Mónica con la que coincidiríamos más hasta Logroño pero en especial a partir de Eunate.
Subir a Artieda supone desviarse del camino y hacer una importante subida asumiendo el riesgo de que el único bar-refugio del pueblo no estuviera abierto como nos informaron una pareja de franceses que ya venían de vuelta. Tuvimos la suerte de que justo al llegar nosotros el albergue abrió las puertas y el correspondiente café nos compensó el esfuerzo.
Artieda a la vista pero con una subida para pesárselo.
Bajando de Artieda continuamos nuestro camino por otro paisaje parecido y el calor comenzando a apretar.. Pero los últimos km nos darían una agradable sorpresa.
El último tramo antes de llegar a Ruesta es un agradable sendero muy sombreado por un bosquete de robles con vistas a la derecha sobre el embalse de Yesa.
En las proximidades de Ruesta nos encontramos los restos de esta ermita y diversas reivindicaciones sobre la ampliación del embalse de Yesa. Esta reivindicación ya empezaba en Artieda donde, de cumplirse el proyecto quedarían inundadas la mayor parte de sus tierras de cultivo.
Y entramos en Ruesta, pueblo abandonado ya desde los años 60 por la construcción del embalse. Solo en los últimos años se han rehabilitado un par de edificios que se utilizan entre otras cosas como albergue de peregrinos.
La etapa 3, Arrés - Ruesta, en la guía Eroski
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